Fortaleciendo nuestro programa de Seguridad del Paciente
En CHRISTUS SINERGIA, uno de los objetivos de nuestro Direccionamiento Estratégico es trabajar por alcanzar los altos estándares de calidad para garantizar la implementación adecuada de procesos y servicios seguros. Alineados con las políticas institucionales y para lograr el cumplimiento de dicho objetivo, contamos con el programa de Seguridad del Paciente, el cual busca instituir lineamientos, estrategias y herramientas enfocadas en alcanzar la meta de Cero Daño en el año 2020 y la alta confiabilidad en nuestros centros de atención.
Lo anterior se cumple a través de la articulación de tres ejes fundamentales orientados en:
- Una Política de Calidad y Seguridad articulada a nuestro direccionamiento estratégico y misión.
- Procesos asistenciales confiables basados en las buenas prácticas de Seguridad del Paciente, en indicadores de gestión, así como una evaluación permanente y proactiva de los riesgos asociados a la atención en salud.
- La sensibilización de colaboradores y equipos de salud hacia el compromiso por la identificación de riesgos y fallos en salud.
Para el cumplimiento de nuestra meta Cero Daño y el compromiso por garantizar un entorno seguro y humano durante el proceso de atención para nuestros pacientes y sus familiares, desde agosto de 2018, a través del eje de Cultura de Seguridad del Paciente, hemos implementado estrategias como las Sesiones Breves de Seguridad y Juntas de Liderazgo, y hemos trabajado por el fortalecimiento en la aplicación y medición de nuestra Encuesta de Cultura de Seguridad del Paciente.
Las Sesiones Breves de Seguridad son reuniones cortas entre los miembros del equipo de salud y personal de servicios de apoyo, cuyo propósito es la identificación diaria de puntos críticos de riesgo y la generación de estrategias de mejoramiento a corto plazo que prevengan o mitiguen la materialización de eventos adversos o incidentes en nuestros pacientes. Entre agosto y diciembre de 2018 alcanzamos un porcentaje de efectividad del 88,2% y en lo que va corrido del 2019, vamos en el 96%.
Por otra parte, las Juntas de Liderazgo son un espacio de nivel gerencial en el cual los líderes de procesos de nuestros centros de atención se reúnen para identificar además de los riesgos en salud, los riesgos administrativos, jurídicos, de seguridad en el trabajo, ambientales, entre otros, que suponen un peligro para la salud de nuestros pacientes y la operación misma de la Organización. Entre noviembre y diciembre de 2018 esta estrategia evidenció un nivel de efectividad promedio del 88%, superando la meta inicial propuesta del 80%. Esta meta que se sostuvo para el periodo 2019, con satisfacción podemos decir que hemos venido superándola durante este primer semestre.
Finalmente, nuestro programa de Seguridad del Paciente realiza anualmente la medición de la Cultura de Seguridad del Paciente, a través de la aplicación de la Encuesta de Percepción de Seguridad del Paciente diseñada por la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) de Estados Unidos, que pretende conocer la percepción y actitud de los colaboradores frente a su entorno laboral en Seguridad del Paciente. Esta encuesta mide ocho dimensiones: comunicación, ritmo de trabajo, trabajo en equipo, capacitación, aprendizaje organizacional, respuesta a errores y apoyo de la administración. Al comparar los años 2018 y 2019, se evidencia para todas nuestras líneas de negocio una tendencia hacia la mejora, evidenciando para el sector de clínicas un aumento de 2 puntos porcentuales (del 63% al 65%), en centros ambulatorios un incremento de 4 puntos porcentuales con respecto al año anterior (del 62% al 66%), en cuanto a servicios domiciliarios se sostuvo la calificación para los 2 periodos en un 56%. Vale resaltar que el incremento en 1 punto porcentual es altamente significativo de acuerdo con lo definido desde nuestras metas institucionales.
Todo lo anterior nos anima cada día a seguir trabajando por fortalecimiento de nuestra cultura de seguridad del paciente bajo una conciencia de cambio, al conocer de forma voluntaria y no punitiva los potenciales riesgos en salud que pueden llegar a afectar a nuestros pacientes en caso de no actuar a tiempo, y así implementar acciones que nos permitan actuar de forma proactiva y predictiva en el camino hacia la alta confiabilidad.